Hola, me llamo Dulcinea Ortiz y vivo en El Toboso, en la Mancha. Si conoces el Quijote, te preguntarás por mi nombre… Así es, me llamaron como el amor imaginario de Don Quijote.
Mis padres son unos apasionados de la obra de Cervantes y viven en el pueblo más conocido de la novela, donde yo nací. Mi familia es, sin duda, una familia gastronómica, con grandes cocineras y cocineros a lo largo de varias generaciones.
Tanto la ALIMENTACIÓN como la SALUD son primordiales en casa, el núcleo de nuestra existencia.
Movida siempre por los principios de sostenibilidad, salud y medioambiente, estudié Ingeniería Química, especialidad medioambiental. Después de 14 años de trabajo en investigación, procesos químicos y seguridad química, llegué a un punto en mi carrera profesional, en el que ser Directora de Estudios de Seguridad en Londres era… un simple trabajo. Uno bien pagado, cierto. Pero… ¿era todo? Empecé a preguntarme. Quería más. ¿Más qué? Algo de coaching me ayudó a responder preguntas difíciles y profundas, hasta que finalmente, 2 años después, decidí dar el salto; un salto de fé. Me atreví a salir de mi zona de confort, a empezar desde cero una aventura increíble. Cambié mi trayectoria profesional a un sector más verde y sostenible, en el que pudiera marcar la diferencia entre mis vecinos, en mi pueblo y en los alrededores.
Los 12 años que viví en el extranjero me aportaron experiencias inspiradoras, aprendí de culturas e individuos conscientes, que ya vivían, comían y viajaban de forma sostenible.
Mientras tanto, veía que en casa, en zonas rurales de España como en la que crecí, las costumbres y el estilo de vida estaban todavía lejos de esa consciencia. Las vacaciones convencionales se centraban en comprar, comer, salir de fiesta y viajar barato y en cantidad, sin prestar demasiada atención al medioambiente, al consumo de energía, los hábitos de bienestar, las vacaciones activas o la alimentación saludable. El apoyo a las pequeñas empresas y a la economía local de los lugares que nos acogen con cariño en nuestro merecido tiempo libre con amigos y familia, también estaba al final de la lista de las vacaciones, si es que estaban en esa lista.
Todo esto dió forma a la visión del Retiro de Dulcinea y a sus valores conscientes, centrados en la concienciación de unos hábitos vacacionales más éticos, en alojamientos energéticamente inteligentes, actividades de bienestar, el apto a productores y agricultores locales y una alimentación saludable, libre de productos químicos y tóxicos conservantes.
Un delicioso viaje interior, a ti mismo, mientras descubres y disfrutas de nuevos lugares de manera sostenible y asequible. ¿Estás preparad@ para ello? ¡Estoy deseando darte la bienvenida en El Toboso muy pronto!
